top of page
Buscar
  • Foto del escritorLaura Pérez

Perdona y libera. No te conviertas en lo que te han hecho, eso no tiene nada que ver contigo. Acepta tu parte de responsabilidad, pero no cargues con ella, la equivocación es parte de nuestra vida como seres humanos.


El aprendizaje nos muestra que la perfección no existe y que fluir es lo más cercano a la paz mental.


Suelta lo que te hace daño agarrar. Acepta y libera.


26 visualizaciones0 comentarios
  • Foto del escritorLaura Pérez

Hace un tiempo escribí algo que a día de hoy resulta enriquecedor para mí. Dice así:

“Una vez expones tu situación a la persona correcta en voz alta algo hace clic dentro de ti, y de repente tu visión se agranda”.

A veces, para creer que tenemos el control de ciertas situaciones que nos asustan por su relevancia, obligamos a nuestra cabeza a decir “está bien”. Nos repetimos que lo estamos llevando correctamente. Pero no es así, no estamos sabiendo cómo superarlo, y lo peor llega cuando nos apoyamos en el hombro equivocado. No sólo eso, sino cuando, con todas nuestras fuerzas, intentamos que ese hombro vea, sienta y actúe como creemos que se debe hacer para tener el control.

En esa circunstancia nuestra visión está siendo mínima. Todo se ciñe a permitirnos sufrir porque “el camino es el correcto”.

Claro está que cuanto mayor sea la profundidad en ti mismo más cerca estarás de la paz.

Pero en este caso, involucrando a segundas personas de gran importancia, si no sabemos escoger nos llevará a la destrucción.

La diferencia de ideales, el ir a destiempo, o incluso el sencillo detalle de no haber pasado por situaciones de misma índole en la vida, van a dificultar la comunicación.

Y lo peor es que, cuando el corazón ya ha elegido a esa persona, todo va a pesar el doble. El corazón en todo momento trata de engañarnos mostrándonos lo bonito vivido.

El dolor sí va acompañado del amor. Pero la mayor muestra de amor que existe es escucharse. A uno mismo.


Y volviendo al comienzo, una vez expones tu situación a la persona indicada, ésta te escuchará como tú mismo harías contigo. Eso es paz, armonía y calidad de vida.

48 visualizaciones0 comentarios
  • Foto del escritorLaura Pérez

A lo largo de nuestra vida nos rodeamos de infinitud de personas. Todas ellas van y vienen, al igual que nosotros mismos, pero de eso trata el avance, el crecimiento. El aprendizaje.

Todo cambio tiene dos caras. La que te dice que es bueno (porque lo es), y la que asusta.

Sabemos que aquello que nos aparta de nuestra zona de confort da miedo.

Excusando un poco lo obvio, todos y cada uno de nosotros es único y diferente al resto; si bien, por educaciones similares, o situaciones vividas, muchos tienen unos ideales y valores parecidos.

Y el problema no está en la diversidad, el problema se crea cuando, pongamos:

En un grupo se encuentran dos personas diferentes y una de ellas no acepta que el otro tenga una visión distinta.

A veces la vida nos presenta situaciones de crecimiento, de evolución. Deberíamos empezar a normalizar el humano hecho de continuar nuestro camino sin necesidad de dar explicaciones.

Deberíamos aceptar las diferencias, los desprendimientos, la separación de caminos, el reencuentro. Y deberíamos hacerlo para aprender a ser mejor personas. Para crecer. Porque hoy puede ser un amigo, un familiar, un conocido, pero mañana puedo ser yo la que desvíe mi vida y diga adiós a muchas cosas.

Y si, me gustaría hacerlo sin ningún cargo de conciencia creado por personas que yo situé como importantes en mi pasado.

No venimos al mundo para seguir, agradar o conformarnos. Venimos para crear. Para aceptarnos a nosotros mismos y buscar nuestro lugar.

En conclusión, podemos ser mejores humanos dejando ser. Dejando fluir. Dejando de criticar las diferencias, las separaciones, el crecimiento. Dejando de insonorizar un adiós. Dejando de juzgar. Dejando de creer que tenemos autoridad sobre la vida del otro, por pensar que lo conocemos. No, nunca terminamos de conocer a nadie, porque todos estamos en continuo cambio.

Normalicemos convertirnos en una mejor persona, ya no por todo lo dicho, sino para poder permitirnos a nosotros mismos la evolución y la paz que merecemos, en cada etapa.


102 visualizaciones0 comentarios
bottom of page