SonrÃes fuertemente como si la vida te fuera en ello. Porque sÃ, aunque parezca tonto es cierto eso de que la actitud lo es todo. Mientras que por dentro igual sientes como se desmorona de a pocos una parte de ti.
Entonces juntas todas tus fuerzas y te das cuenta de que hay dÃas que llegan y dÃas que no. DÃas que te encuentras riéndote de algún pensamiento ridÃculo y dÃas en los que suspiras escuchando una canción, y entre tanto el tiempo no pasa. O pasa fugaz.
Cuando sales por la puerta sin tu sonrisa te miran como si fueras otra persona. Y está bien, está bien hundirse de vez en cuando para no sentir esa presión a diario a la que te sometes. Pero las expectativas te hacen intentarlo una vez más y eso frustra. Porque hay una diferencia enorme entre apoyar a alguien cuando está mal y hacer que se sienta obligado a no estarlo, creyendo que asà le ayudas. Todos deberÃamos trabajar en ello.